Crear suspense es difícil. Muy difícil. Y más aun en el teatro. La obra en cuestión tiene que tener ritmo, pero también saber pausar los tiempos. Intriga, pero sin desmadejar la lógica. Etc Etc. Quizás por eso, las tablas españolas se ven pobladas una temporada sí y otra también por comedias, ya sean buenas (escasas), malas (también pocas) y regulares (la gran mayoría), pero siempre sobre la premisa (falsa) de que el espectador lo que quiere/busca/necesita es pasar un buen rato de “risas garantizadas”. Pero no siempre es así. A veces hay propuestas más valientes, que arriesgan intentándose salir de esos caminos tan trillados. Y uno de esas excepciones es sin duda la obra “Tarántula”, estrenada hace pocos días en Madrid.

Lo primero que hay que señalar es que “Tarántula” es interesante, está bien trabajada y sabe enganchar al espectador. No es una obra clara (en el peor sentido del término) y consigue huir del consabido y peligroso “esto ya lo he visto”. Su planteamiento es original, y consigue llevar al público a su terreno, jugando y guiándole mediante un guion excelente de ese todo terreno que es Tirso Calero. Y es que “Tarántula” es sin duda una obra diferente que merece mucho la pena, demostrando que hay vida en el teatro más allá de esas comedias tan “tradicionales” y repetitivas, y donde en la hora y media que dura la función, el suspense está latente durante todo el tiempo.

Obra de claro perfil anglosajón, “Tarántula” está protagonizada por un más que solvente reparto con un solvente Armando del Río, una magnífica Laia Alemany en un papel nada fácil y Alex Barahona, quizás la sorpresa de la obra que da un puñetazo en la mesa mostrando su talento.

“Tarántula” estará en cartel en Madrid en el Teatro Reina Victoria hasta primeros de agosto, iniciando en septiembre una gira por toda España