Una familia compuesta por la madre y sus dos hijas frente al testamento del difunto marido y padre. Y a partir de ahí, el inicio de una pequeña aventura. Comienza “El mensaje”, pasen y siéntense, que lo van a disfrutar.
Lo primero que hay que decir de “El mensaje” es que es una obra divertida. Está trabajada, y pese a su apariencia de vodevil cómico va más allá, haciendo que el espectador se encuentre inmerso en un dilema tan absurdo como atractivo. Porque todo tiene un precio ¿verdad?.
Ramón Paso, que además del autor es el director, ha sabido como enfocar de manera muy acertada la propuesta, y es que mediante un texto realmente brillante consigue combinar realidad y ficción, crítica y comedia. Te hace pensar pero fundamentalmente te hace reír, alfa y omega de la obra. Son risas auténticas, pero no es una sucesión que gracietas que obligue a sacar bandera blanca, sino un guion y unas escenas trabajas y pensadas.
Pero una obra de este estilo necesita per se, un reparto adecuado. Y aquí hay que dar un diez a sus responsables. Natalia Millán esta soberbia (como es habitual en ella, que gran actriz y que desaprovechada está), al igual que el reparto que la acompaña, integrado por Ana Azorín en el papel de la abogada e Inés Kerzan y Ángela Peirat.
Equipo Artístico
Reparto
Natalia Millán
Ana Azorín
Inés Kerzan
Ángela Peirat
Carlos Seguí
Equipo Técnico
Dramaturgia y dirección
Ramón Paso
Espacio escénico
Javier Ruiz de Alegría
Iluminación
Carlos Alzueta